miércoles, 21 de octubre de 2009

FIRMAS Por Rafael Fano




La política y la economía marcan el fin de los K


Néstor Kirchner ya fue, aunque a muchos impacientes les parezca que está recuperando poder peligrosamente y vean con preocupación un futuro triunfo electoral ante una oposición dividida al extremo de no llegar al balotaje.

Entre las cuerdas y luego de haber recibido una tremenda trompada que lo hizo caer por segunda vez, sabe que la pelea está perdida y está tirando trompadas al aire antes de que desde el banquillo le tiren la toalla.

La primera trompada se la puso el campo y fue de tal magnitud que casi se le fue el gobierno allá por julio del 2008. La segunda la recibió al año, el 28 de junio, produciéndole tal lesión que le puso fin a su carrera profesional, sólo busca perder la pelea por puntos y evitar el nocaut.
Las trompadas al aire son las leyes con poder de daño, daño relativo, pero daño al fin que asusta a una sociedad acostumbrada al miedo y que hace tiempo dejó los valores morales por el del dinero fácil que sólo trae el poder envilecido.

Esas trompadas le han servido para estirar un poco el tiempo de su retiro, lo ha hecho con habilidad dentro del marco de mediocridad reinante. Hasta ahí el reconocimiento. Otra cosa muy distinta es creer que estamos ante un gran estratega político que reflotará desde las cenizas y se convertirá en el próximo presidente de la Nación.
Es que los brazos del boxeador ya se mueven con lentitud y su cabeza puede recibir en cualquier momento una nueva trompada, que aún siendo de menor magnitud que las anteriores puede hacerlo trastabillar peligrosamente.

No se puede analizar como una anécdota lo que ha significado en el país el levantamiento del campo, que con su grito de dignidad, dejó sordo al poder del gobierno mejor plantado económicamente gracias a los vientos internacionales.

Tampoco la catastrófica derrota electoral, que ahora se quiere minimizar, a lo largo y a lo ancho del país, a pesar de disponer de todos los fondos nacionales, provinciales y municipales del terrible aparato electoral que utilizan los gobiernos y financiamos todos.
Además, está la realidad económica, no la de los mercados internacionales de la especulación financiera de capitales que van y vienen al ritmo de los sustos cobardes que aconsejan los gurúes de turno.

Los salarios pierden el poder adquisitivo ante una inflación que crece sostenidamente y alimenta la pobreza. El campo no produce lo necesario para exportar y dar trabajo salvo en la soja. La industria y la construcción despiden gente y reducen salarios vía suspensiones, horas extras y demás.

El comercio y los servicios se lamentan de la caída del consumo. Las cuentas públicas se desmadran por la caída de la recaudación y el aumento del gasto.

Pero por encima de todo ello el problema más grave que tiene la argentina es que se comió su capital y que muy pocos están dispuestos a invertir mientras transitemos este escenario político, con un gobierno que ha dado reiteradas muestras que para él lo privado es del Estado.
Sin inversiones, con merma del poder adquisitivo en los salarios, caída del consumo y de los ingresos impositivos, incremento de la pobreza, la economía real indica que no se sale de esta situación dictando leyes intrascendentes para resolver esos grandes problemas.
Kirchner ya fue por lo que hizo, no por lo que está haciendo y cada vez se hará más evidente a pesar de que trate de parecer que está vigente y puede doblegar a la oposición con la compra-venta de voluntades.
El peronismo disidente se ha dado cuenta de ello, parte del resto de la oposición también. De ahí que han comenzado a preparar las alianzas políticas del futuro que sucederán a los Kirchner. Todo parece y es muy desordenado, propio del país que construimos, pero si uno corre la espuma en el fondo del vaso todo está mucho más claro, la sucesión está en marcha. Los dos actos principales del 17 de Octubre han servido para aclarar un poco más las cosas.
Un oficialismo encerrado en sus mismos discursos que hartaron a la sociedad y que sólo convoca a los aplaudidores de la función pública, intentó fortalecer sin lograrlo la figura presidencial.
Los disidentes juntaron la mayor adhesión de dirigentes de peso que se animaron a mostrarse más o menos unidos, algunos en el palco, otros con guiños de apoyo como los de Reutemann y Duhalde.
La fórmula ganadora del peronismo disidente pasa por que la presida Carlos Reutemann, así lo indican todas las encuestas, si es otro el candidato el triunfo se complica frente al casi seguro opositor Julio Cobos.
Con el avance de los meses, ya en el 2010, los candidatos de los dos principales frentes electorales darán nota del ocaso de los Kirchner a pesar de su poder de daño. La realidad económica de una nueva oportunidad desperdiciada multiplicará conflictos sin solución en esta etapa. Pronto el que hoy se muestra como halcón, será un pollito mojado.



Fuente: /www.diariopanorama.com