Reutemann, muy lejos de la presión, mantiene su decisión
Es difícil para un hombre que es moderado por naturaleza, silencioso y determinado, frenar una presión constante.
Estaba tranquilo en su campo en Santa Fe cuando esta semana alguien le comentó un nuevo rumor: que un grupo de dirigentes del Peronismo Federal quiere visitarlo para pedirle que sea candidato en 2011. La gestión sería reservada pero no en lo inmediato. Carlos Reutemann se rió y dijo en privado: “Que no gasten nafta”.
Si hay algo que el senador y ex piloto de Fórmula Uno detesta es el operativo clamor, un clásico del peronismo. Ni privado ni público. Los odia.
Sólo los legisladores que le responden se inquietan cuando se habla una y otra vez de que “El Lole” mantiene su postura de que hoy no es candidato presidencial. Ese grupo de fieles no pierde la esperanza de que el final del camino -febrero o marzo de 2011- acepte.
Un hombre que conoce como nadie a Reutemann cuenta cuál es la lógica de su pensamiento: “Acá no hay especulaciones, hay hechos. El Lole lo ve así: les dijo a todos que él no es candidato . Pero puede ayudar al PJ Federal y eso hace”.
Los “hechos” son que hace casi nueve meses Reutemann llamó a Francisco de Narváez y a Felipe Solá, por separado, y les dijo casi la misma frase: “Muchachos, larguen. Yo no interfiero.
Que les quede claro que no soy candidato ”.
También se lo expresó a Eduardo Duhalde. A la que no le contestó fue a la senadora Hilda Duhalde, quien había criticado una supuesta “indefinición” sobre la pelea electoral 2011. Reutemann pensó que fue una falta de respeto.
El mote de indeciso es algo que le molesta mucho a “El Lole”.
El mote de indeciso es algo que le molesta mucho a “El Lole”.
Para un hombre que estuvo años arriba de un auto a 300 kilómetros por hora ese defecto no existe. “Una duda, a esa velocidad te cuesta la vida”, dijo miles de veces.
Según contó hace mucho tiempo, que se diga de él que es fue por un viejo favor que le hizo a Eduardo Duhalde. Fue en 2003 cuando el entonces presidente le ofreció la candidatura. Duhalde lo había citado en la residencia de Olivos, caminaron al borde de la pileta. Reutemann se recostó sobre una maceta alta y le dijo: “No Eduardo yo no quiero. Ni loco”. El entonces presidente casi le suplicó: “Lo único que te pido es que no salgas de acá y digas que me dijiste que no. Dame tiempo, tengo que buscar a otro”. Ya pensaba en José Manuel de la Sota, campaña que duró nada. Luego vino la opción de Kirchner, de la que Duhalde se arrepiente.
Reutemann cumplió. Pero tiempo después dijo ante íntimos: “Ese favor que le hice a Duhalde lo pagué muy caro”.
Siempre contó lo mismo: el nunca dudó. Duhalde le había hecho una oferta similar en 1999 en el balcón de la casa de gobierno de Santa Fe. El ex presidente no medía bien en las encuestas y quería renunciar a la candidatura. Se la ofreció a Reutemann, que gobernaba Santa Fe. Al ex piloto la idea le pareció una locura porque además Fernando de la Rúa era el favorito para el post-menemismo. La información se filtró y fue negada por Duhalde. Después admitió toda la historia en la noche del domingo de la derrota, sentado al lado del sonriente ganador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf.
“El Lole” es sólo indescifrable para los que no lo conocen, los pocos que sí saben bien por qué calla más de lo que habla. En las últimas semanas participó en las jugadas del Peronismo Federal pero antes definió su rol de no ser competidor presidencial.
De algún modo, su estilo se repite en su provincia. Allí hay varios candidatos a gobernador por el peronismo no K, lo van a ver en busca de su bendición. A todos les dice lo mismo: “Vayan, convenzan, expliquen. Me parece bien. Todos tienen derecho”. Reutemann tiene un espíritu competitivo, por eso alienta a todos.
“Juego libre”, es su consigna en Santa Fe.
Si en algún momento el que se quede con la candidatura le pide que lo acompañe en su campaña, evaluará la situación.
Todos los peronistas que no están con Kirchner esperan una señal que hoy no llega.
Hace poco menos de dos meses, el ex piloto de Fórmula Uno volvió a plantear su postura a los dirigentes del Peronismo Federal, entre ellos Duhalde, De Narváez, Solá, Mario Das Neves y Alberto Rodríguez Saá. “Me siento en esta mesa con una condición: no soy candidato”, dijo.
Después si estuvo en reuniones. La situación es complicada porque el PJ Federal tiene cuatro candidatos a presidente y hay intrigas entre ellos. Pases de factura por reuniones a las que unos van y otros no (la última en la casa de De Narváez, Duhalde no fue invitado) y una indefinición sobre cómo elegirán al candidato y si darán, o no, la pelea adentro del PJ.
Ante ese panorama, son varios los que creen (menos Duhalde) es que debe reactivarse “el plan de Reutemann“.
“El Lole alinearía a todos; es el único que puede ganarle a Kirchner” , dijo uno de ellos. Francisco De Narváez, uno de los que cultiva la relación con Reutemann, sostiene que no hay que apurar nada. Está ya concentrado en su carrera como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires y cree que las posibilidades de que “El Lole” cambie de postura tiene un solo secreto: dejarlo tranquilo.
Esta semana Eduardo Duhalde volvió a hablar de Reutemann. Dijo que sabe que no competirá en 2011. El senador no se inmuta. Ni sigue de cerca las declaraciones. Divide su tiempo entre el campo y el Senado. Hace varios meses que no habla de 2011 y nada indica que cambiará de actitud.
Una fuente que lo conoce bien asegura que su principal preocupación es que no hay nadie que piense en un plan para la Argentina. Todos discuten de candidaturas pero no proyectos concretos.
Hace un tiempo alguien le habría insistido a Reutemann con un argumento tan endeble que lo irritó: “Dale Lole, agarrá lo importante es tener la banda, después vemos”.
Reutemann decía hace diez años que nunca terminaba de conocer a los peronistas. Hablaba de lo fácil que se pelean y se amigan. “Nunca los entendí. No dejan de sorprenderme”, dijo hace años en su despacho.
Y hablaba por ejemplo de la escena de Carlos Menem presidente con Kirchner gobernador de Santa Cruz en el aeropuerto de Río Gallegos. Kirchner lo elogiaba por demás. Reutemann y otros gobernadores peronistas no podían creer que Menem llegaba con un cheque de casi 700 millones de dólares por regalías petroleras. “A algunos casi esa cifra nos ponen en terapia intensiva” bromeó otro gobernador peronista.
“El Lole” no tiene un vínculo demasiado estrecho con ningún dirigente del PJ. Igual habla con varios, pero no le gusta la rosca política. Es distinto.
Sabe que las especulaciones sobre su futuro seguirán. Pero él ni se altera, ya les dijo a quién debía como eran las cosas. Puede que cambie. Nadie puede decir que lo sabe.
Reutemann ha dicho en privado que trazó un perímetro en su mesa de la luz y que ése perímetro no se ha movido. Una metáfora para explicar que nada ha cambiado. Por ahora.
fuente: Diario Clarin
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